COOPERATIVA

Existen diversas formas de definir lo que es una cooperativa; la Alianza Cooperativa Internacional expresa que “Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada”.

La Ley General de Cooperativas (Decreto 82-78), en su artículo 2º expresa lo siguiente: “Las cooperativas debidamente constituidas, son asociaciones titulares de una empresa económica al servicio de sus asociados, que se rigen en su organización y funcionamiento por las disposiciones de la presente ley. Tendrán personalidad jurídica propia y distinta de la de sus asociados, al estar inscritas en el Registro de Cooperativas”.

Lo expresado en los párrafos anteriores permite observar que las cooperativas son asociaciones y empresas a la vez. Desde el punto de vista asociativo, son grupos de personas que se unen para buscar resolución a problemas comunes; en la asociación integran recursos y esfuerzos para buscar su mejoramiento económico, social y cultural.

Por otra parte, las cooperativas son empresas que producen bienes y servicios, los que ponen a disposición del mercado; como toda empresa, las cooperativas operan en las áreas funcionales de la producción, el mercadeo, las finanzas y los recursos humanos.

Las cooperativas presentan la característica de no tener finalidades de lucro, a diferencia de las empresas mercantiles, pues según el Código de Comercio (Decreto 2-70), en su artículo 655 “Se entiende por empresa mercantil el conjunto de trabajo, de elementos materiales y de valores incorpóreos coordinados, para ofrecer al público, con propósito de lucro y de manera sistemática, bienes o servicios” (el subrayado es propio).

El término “lucro” ha sido mal interpretado por algunas personas, al creer que las cooperativas deben operar al costo, sin generar utilidades, considerándolas como instituciones de beneficio social y no como empresas. El no perseguir fines de lucro en las cooperativas, se refiere a que los asociados no se reparten utilidades con base al capital aportado, sino de acuerdo al uso que hagan de los servicios que proporciona la cooperativa, ya que además de ser los dueños, son a la vez sus principales usuarios. Por ejemplo: en una cooperativa de ahorro y crédito, cada asociado recibirá utilidades (denominados “excedentes” en términos cooperativos), en proporción al valor de los intereses pagados por créditos obtenidos. En esa forma, el excedente es una especie de “devolución” de los intereses pagados.

De manera similar, en una cooperativa de consumo, los excedentes serán distribuidos en forma proporcional a monto de las compras que cada asociado haya efectuado en la cooperativa, lo que constituye una devolución del “Sobreprecio” pagado.

Es importante señalar que el reparto de excedentes no constituye la principal motivación para que una persona se asocie a una cooperativa, pues lo más importante es el servicio que la entidad le pueda proporcionar. Ejemplos: un agricultor que a través de la cooperativa puede comercializar su cosecha a un mejor precio; la persona que ahorra y obtiene crédito en una cooperativa de ahorro y crédito; la familia que logra obtener una vivienda digna por medio de una cooperativa de vivienda, etc. Ello no significa que la empresa no produzca excedentes o ganancias, ya que necesita por una parte, cubrir todos sus costos y gastos y por otra, requiere desarrollarse y mejorar los servicios que brinda a los asociados.

Existen cooperativas cuyos miembros han decidido no repartirse excedentes sino utilizarlos para fortalecer el capital institucional, por medio de sus reservas de capital.